No cabe duda de que el resultado del referéndum del mes pasado en Gran Bretaña sobre si debe o no permanecer dentro de la Unión Europea (UE) tuvo poco que ver con la economía de mercado libre o con límites legales que se superponen, sino que, más bien, se trató de la inmigración y el nacionalismo radical. Por extensión, también tuvo que ver con eludir una rendición de cuentas en el Medio Oriente, y con tratar de hacer retroceder el reloj a una época en que los propios países europeos estaban divididos por fronteras, idiomas y la patriotería cultural. En última instancia, fue sobre el racismo y el fundamentalismo, sobre la sospecha y el miedo, y sobre el aislamiento y la mala sangre que éstos necesariamente engendran. El Primer Ministro David Cameron, uno de los más sorprendidos. El llamado Referéndum Brexit fue una sorpresa asombrosa para casi todo aquél que seguía creyendo que vivía en un mundo en el cual, a pesar de abundantes controversias, todos quieren, básicamente, traba
El autor Roberto Vivo escribe sobre las guerras pasadas y presentes, sobre los grandes pacifistas de la historia y el camino hacia la paz global. Su filosofía resumida: En un mundo donde 9 de cada 10 víctimas en conflictos bélicos son civiles, la guerra no es una alternativa política válida. En realidad es el crimen supremo contra la humanidad. Si las nuevas generaciones tienen un futuro, la clave para alcanzarlo estará en la paz mundial. La guerra sólo conduce al exterminio.