En lo que se ha convertido rápidamente en la trágica crisis humanitaria más reciente del mundo, las desafortunadas víctimas son el pueblo rohingya de Birmania (país también conocido como Myanmar). A pesar de las declaraciones del gobierno birmano en sentido contrario, no ha habido ni un solo instante entre los activistas de los derechos humanos en el cual no supiéramos lo que estábamos presenciando: venganza pura y simple, a manera de excusa como para emprender una innegable limpieza étnica, y, por lo tanto, un comportamiento genocida. No obstante, un alto funcionario de derechos humanos de la ONU la semana pasada formalizó esa evaluación, describiendo la persecución birmana de los musulmanes minoritarios rohingya como “un clásico caso de limpieza étnica.” Más de 400 mil rohingya han huido a Bangladesh. Al dirigirse al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el príncipe Zeid Ra’ad Al Hussein, se r
El autor Roberto Vivo escribe sobre las guerras pasadas y presentes, sobre los grandes pacifistas de la historia y el camino hacia la paz global. Su filosofía resumida: En un mundo donde 9 de cada 10 víctimas en conflictos bélicos son civiles, la guerra no es una alternativa política válida. En realidad es el crimen supremo contra la humanidad. Si las nuevas generaciones tienen un futuro, la clave para alcanzarlo estará en la paz mundial. La guerra sólo conduce al exterminio.