En La guerra, un crimen contra la humanidad (Hojas del Sur / Amazon 2015), escribí sobre la necesidad de fortalecer el compromiso de las instituciones internacionales y multilaterales entre sí y con el establecimiento de la paz mundial. Dije en ese momento que la Organización de Naciones Unidas (ONU) necesitaba ser reestructurada para evitar que las cinco potencias con veto en el Consejo de Seguridad manipularan la guerra y la paz de acuerdo a sus propias agendas geopolíticas, y sugerí que la alianza de la OTAN debería reforzarse y utilizarse para restablecer y mantener la paz en áreas del mundo dentro de su esfera de influencia donde surgieran conflictos armados. Sobre todo, sin embargo, hice hincapié en la importancia de la democracia como el mortero que consolida los cimientos de la paz mundial. Destaqué la importancia no solo de unificar las democracias occidentales, sino también de promover la democratización del mundo entero como ingrediente principal en la combinació
El autor Roberto Vivo escribe sobre las guerras pasadas y presentes, sobre los grandes pacifistas de la historia y el camino hacia la paz global. Su filosofía resumida: En un mundo donde 9 de cada 10 víctimas en conflictos bélicos son civiles, la guerra no es una alternativa política válida. En realidad es el crimen supremo contra la humanidad. Si las nuevas generaciones tienen un futuro, la clave para alcanzarlo estará en la paz mundial. La guerra sólo conduce al exterminio.