A esta
altura de los acontecimientos, no resulta un secreto para nadie que el hombre
fuerte ruso, Vladimir Putin, está intentando, con verdadero empeño, fortalecer
la presencia de su país en el Oriente Medio. Su obstinada defensa diplomática y
devastador respaldo militar al dictador sirio Bashar al-Assad, hablan, por sí
solos, de esta estrategia. Putin ha demostrado que está dispuesto a soportar
nutridas críticas en todo el mundo por la matanza que se está llevando a cabo
bajo el régimen sirio, e incluso en la cual Rusia ha ocupado un papel activo,
en lugar de sacrificar al jefe actual de la dinastía Assad que ha durado más de
40 años.
Resulta
obvio que esto no se debe a ningún amor personal en particular que Putin pueda
tener por Assad (para el líder ruso, Assad es poco más que un títere, un
instrumento para la ejecución de su estrategia), sino porque el régimen de
Assad es el premio más alto en un juego geopolítico de apuestas cada vez más
altas. Y ya casi no cabe duda alguna a nadie de que el objetivo de Putin es el
de “hacer grande a Rusia de nuevo.”
Con Assad,...a toda costa |
La joya más
brillante en la estrategia militar de Putin en el Oriente Medio es la base
naval que Rusia mantiene en el puerto sirio de Tartus sobre el Mar
Mediterráneo. Y Moscú cree, aparentemente, que el destino de la estrategia
militar rusa en la región se encuentra íntimamente ligado al destino del
régimen sirio. Es probable que un eventual colapso de la dictadura de Assad significaría
una de dos cosas: el inicio de una nueva apertura democrática en Siria, que
incluiría un probable reorientación de esa nación hacia Occidente, o bien el
surgimiento de una teocracia fundamentalista musulmana, que difícilmente sea
amistosa hacia cualquier potencia extranjera no islámica. En cualquiera de los
dos casos, la desaparición del régimen de Assad —o de cualquier sustituto pro
ruso similar— sería
una mala noticia para la estrategia rusa y, por lo tanto, para el presidente
Putin.
La
intervención rusa en Siria, sin embargo, no consiste solamente en mantener un
régimen títere en el poder. Ni por asomo. Es, además, y de manera muy
contundente, para demostrar a todos que Rusia es una potencia resurgente en esa
parte del mundo, y, de hecho, en el mundo entero. De esta manera, Putin se
encuentra reinventando, paso a paso, una Rusia que el mundo no ha presenciado
desde antes del colapso de la Unión Soviética hace más de un cuarto de siglo.
Poco a poco, su objetivo se está poniendo en evidencia, después de haber
desconcertado a un mundo occidental —reconociblemente arrogante e ingenuo— en el
2014 e incluso antes (durante su invasión de Georgia en el 2008), cuando muchos
todavía pensaban que se encontraban viviendo en la época de detente, de glasnost y de perestroika,
que la época de un mundo bipolar había terminado y que Washington ya era la
nueva Roma.
Pero lo de
Putin va más allá de marcar su territorio y flexionar los músculos militares
del oso ruso (mucho más atrevidamente, incluso, que antes en Ucrania y Crimea,
donde, al principio, hizo de cuenta —no de manera demasiada convincente— de que
no había participación directa alguna de Rusia). Tampoco lo hace simplemente para
reafirmar la relevancia diplomática de su país en roles (como el de pretender
ser “la policía del mundo”), alguna vez dominados completamente por Estados
Unidos —que, en el caso de Siria en particular, no sólo ha concedido el volante
al Kremlin, sino que se encuentre viajando en el baúl del auto que Rusia está
conduciendo: De hecho, Putin lo está haciendo asimismo en el área de las
relaciones comerciales, de la economía regional y de los negocios.
Visto entre
sus admiradores como un astuto y bien entrenado experto en artes marciales, Putin
tiende a relativizar las debilidades y a aprovechar las fortalezas, y, en
términos de comercio global, la economía rusa se trata netamente de energía, y
sobre todo de petróleo y de gas natural. No es de extrañar, pues, que, si bien
es cierto que Rusia está poniendo al mundo sobre aviso de que es, una vez más,
una fuerza militar a la que hay que tener en cuenta —por las dudas de que alguien
pensara lo contrario— también ha estado buscando un acercamiento con antiguos
socios comerciales y, además, cortejando a nuevos en la región.
La muestra
más reciente de esto fue el papel principal que jugó Moscú en la negociación de
un acuerdo sin precedentes entre los países de la OPEP (Organización de Países
Exportadores de Petróleo) y otros no pertenecientes esa agrupación, con el fin
de reducir su producción petrolera y presionar hacia arriba el precio del crudo.
Pero no terminó ahí. El gobierno de Putin también solicitó al Estado de Qatar
que invirtiera 5 mil millones de dólares en el gigante petrolero ruso Rosneft. No bien
firmado el acuerdo con Qatar, la petrolera rusa procedió a invertir 2.800
millones de dólares en la compra de parte de un importante yacimiento de gas en
Egipto.
Con el monarca Al Thani en Qatar |
Desde su
independencia en 1972, después de más de medio siglo bajo el mando del imperio británico,
después de la Primera Guerra Mundial, Qatar ha formado parte de la esfera de
influencia de Estados Unidos. A pesar de ser gobernada por una sola familia (la
dinastía Al Thani) desde principios del siglo XIX, y pese a su adhesión a la
ley islámica y de su abominable historial en materia de derechos humanos, Qatar
es considerado por Estados Unidos como un país con el cual Washington mantiene
"fuertes lazos bilaterales", e indica que coordina estrechamente con
el régimen Al Thani "en una amplia gama de asuntos regionales y
globales", incluyendo la seguridad internacional. En ese contexto, el
acuerdo Rosneft parece un impresionante logro por parte de Putin, en un momento
en que Estados Unidos sigue presionando para que haya más sanciones contra
Rusia por varias de las últimas transgresiones de Putin. Y aunque los
subrogantes de Putin podrían argumentar que tales acciones por parte de Moscú en
el Medio Oriente son de naturaleza "financiera", aquellos que
realmente creen que estos acuerdos no juegan, asimismo, un papel geopolítico,
se están autoengañando.
La red de
noticias económicas Bloomberg citó recientemente al presidente del Consejo de
Política Exterior y de Defensa de Rusia, Fyodor Lukyanov, diciendo que
"Rusia está realmente interesada en aumentar por todos los medios posibles
su apalancamiento en el Oriente Medio." Según Bloomberg: "Es un
reflejo de cómo los eventos en la región se están combinando, como rara vez
antes, a favor del presidente ruso Vladimir Putin. Un enfriamiento de las
alianzas de Estados Unidos en el Golfo en los últimos años, el estrago que el
petróleo más barato ha causado en las economías energía dependientes y el
reconocimiento de que Rusia ya no puede ser ignorada en temas de seguridad
regional, son hechos que significan que Putin se encuentra empujando contra una
puerta cada vez más abierta.”
Con Al Sisi en Egipto |
El acuerdo
de gas natural con Egipto, por ejemplo, parece haber sido consecuencia de una
nueva y cada vez más cálida relación entre Putin y el presidente egipcio, Abdel
Fattah al-Sisi. Después de décadas de fuertes lazos —especialmente militares—
entre Estados Unidos y Egipto, nación norafricana estratégicamente crucial en
el cual Washington ha colocado decenas de miles de millones de dólares en armas, las relaciones entre ambos países se
desmejoraron a partir del golpe militar de 2013, que destituyó al entonces
presidente Mohamed Morsi. Pero incluso antes de eso, a finales del 2012, el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró públicamente que su país ya
no consideraba al gobierno islámico de Egipto "ni un aliado ni un
enemigo". Esta fue la primera vez desde el histórico tratado de paz de
1978, firmado entre ese país e Israel en el retiro presidencial de Camp David
en Maryland bajo la presidencia de Jimmy Carter, que Egipto dejara de formar
parte de la lista de países amigos de Washington.
Con el príncipe Mohammed bin Salam, ministro de defensa
de Arabia Saudita.
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El
gobierno de Estados Unidos había subrayado su desaire original de 2013 al
renunciar a acuerdos para la venta a Egipto de armamentos y al recortar la
ayuda militar a ese país. Pero más tarde, Washington redujo dichas sanciones
por razones de seguridad regional. Es evidente que Putin ha visualizado esa brecha
y se ha propuesto llenarla a favor de Moscú, factor que pondrá inevitablemente
nervioso a Israel, principal aliado de Estados Unidos en la región, debido a la
difícil relación que ese país mantiene con el régimen de Putin.
Parece
obvio, especialmente a la luz del acuerdo OPEP liderado por Rusia, que Putin
está aplicando una estrategia con dos frentes en la región del Oriente Medio,
demostrando una cruenta y despiadada fuerza militar por un lado y aplicando una
diplomacia petrolera no confrontacional por otro. En un momento como la actual,
en que Estados Unidos ha utilizado una serie de métodos polémicos para reducir
su propia dependencia petrolera en el Oriente Medio —al mismo tiempo que evite
los compromisos militares directos como los que lo involucraron en las
desastrosas guerras de Irak y Afganistán— Rusia, como potencia energética neta,
se encuentra en terreno común con sus amigos de siempre y con los enemigos
habituales en esa parte del mundo, y persiguiendo
un férreo objetivo mutuo: mejorar los precios del petróleo.
Al
perseguir ese objetivo común, Putin se ha mostrado capaz de capitalizar
relaciones diplomáticas muy mejoradas con no sólo aliados naturales, como Irán,
sino también como aliados de Estados Unidos tradicionalmente inquebrantables,
como Qatar y Arabia Saudita. Agregue a esto una nueva relación de evidente
amabilidad entre Putin y el líder turco Recep Tayyip Erdogan, y parecería que el
presidente ruso ha estado pasando un año muy bueno a costillas de Occidente.
Nueva y cálida relación entre Putin y el líder turco Erdogan |
Debido a
la ubicación estratégica de Turquía entre Oriente y Occidente, ha sido durante
mucho tiempo la niña mimada de la diplomacia occidental y, más recientemente, ha
sido reconocido como miembro pleno de la OTAN. Pero las relaciones de Turquía con
Washington se han vuelto, en los últimos años, inciertas en varios frentes: el
hecho de que las fronteras turcas resultan aparentemente permeables al
terrorismo islamista; la temprana negativa de Erdogan a unirse a la lucha
contra el así llamado Estado Islámico (ISIS) con la que comparte una definitiva
enemistad por los kurdos, aliados de Occidente en la vecina Siria y contra ISIS;
la ira de Erdogan por la desaprobación occidental de la creciente autocracia de
su gobierno y la falta de respeto que demuestra hacia los derechos humanos y
civiles entre su propio pueblo, etc.
De nuevo,
Putin se apuró a llenar la brecha. Después de un breve cortejo, Putin y Erdogan
dejaron de lado las diferencias surgidas cuando, el año pasado, los turcos derribaron un avión de guerra ruso
cerca de la frontera turca con Siria, y anunciaron que estaban trabajando juntos
para organizar una nueva serie de discusiones sobre cómo traer la paz a Siria. Sería
iniciativa exclusiva de esos dos países, sin ninguna participación de parte de Estados Unidos o de las Naciones Unidas.
La ONU se
apresuró a anunciar que, de hecho, ya era hora de que todos los implicados en la
guerra en Siria se sentaran de nuevo a la mesa de negociaciones, pero que ningún
diálogo sobre la paz sería legítimo sin la participación de las Naciones
Unidas. Putin, con el típico desprecio de un país poseedor del poder de veto en
la ONU, concedió el hecho de que cualquier diálogo patrocinado por Moscú y Ankara,
tendría lugar, si se materializara, como cosa “aparte de las negociaciones patrocinadas
por la ONU en Ginebra."
Realizando el anuncio mientras visitaba Japón —otro importante aliado de EEUU— el
presidente ruso dijo: "El siguiente paso es llegar a un acuerdo sobre un
alto el fuego total en toda Siria. Estamos llevando a cabo negociaciones muy
activas, intermediados por Turquía, con representantes de la oposición armada."
Todo esto
lleva, entonces, a una triple pregunta retórica que uno podría hacerse: Entre
su altamente activa diplomacia petrolera y su disposición a lanzar un infierno
militar masivo contra los opositores de sus protectorados de hecho, ¿logrará
Vladimir Putin establecer una especie de Pax Rusiana donde, últimamente, la Pax
Americana se ha estrellado e incendiado en el Oriente Medio, tanto por falta de
compromiso decisivo como por falta de adhesión a sus propios ideales
supuestamente democráticos? En caso afirmativo, ¿cuál será el costo de dicha
Pax Rusiana a las aspiraciones de los pueblos de la región? Y, por otro lado, ¿cuál
será su finalidad?
si el gobierno yanqui (que es el principal promotor del terrorismo y derrocar gobiernos incómodos a sus intereses) ha utilizado y sigue utilizando no solo a su diplomacia, sino de la manera más descarada, pueril y servil de los medios de comunicación occidentales (CNN, NBC, The New York Times, The Finantial Times, El País de España, DW alemana, la BBC, entre otros medios) para defender y expandir sus interés a nivel global, lo cual incluye difamar, insultar y mentir, entonces ¿qué hay de malo que otros países, como China y Rusia principalmente, protejan y expandan sus intereses a otros puntos del planeta?, es hipócrita y mediocre solo juzgar a quien es difamado e insultado descaradamente por el gobierno yanqui como "el malo de la película", "el agresor contra países libres y democráticos" y "el enemigo de los yanquis", de querer proteger los intereses de su pais de toda amenaza global, venga de donde venga...
ResponderBorrarMuy exacto. Antes el imperio combatía la URSS porque eran comunistas. Pero el comunismo perdió su fuerza y la URSS se desintegró. Pero eso no basto para que el imperio terminara con su agresión a Rusia. Eso demuestra que el imperio no combatía a la URSS porque el "comunismo amenzaba la libertad"; Combaten porque necesita permanentemente invadir países y alimentar su industria de armamentos.
Borrarcierto, aqui nadie es mas ciego. El expansionismo Yanqui descarado y vil, ha arrasado con medio Oriente. Vale ahora que Rusia y China en un ambiente de paz, procedan a "expandir" su influencia. Amigo, si quieres criticar a Putin, lo haces al pueblo ruso. Acaso no es cierto que Estados Unidos con su juguete OTAN, han generado todo el baño de sangre? Quienes han secuestrado a la poblacion civil en Alepo? No son acaso los INVASORES. Recuperar Alepo y otras ciudades por parte de Siria apoyado por Rusia, entonces es un "crimen"?. Tu filosofia de la vida, es letra, pero en tu comentario no lo demuestras. Que Rusia LANZA UN INFIERNO MILITAR? comparar la PAx Americana (mejor precision: el país Estados Unidos, porque de americano no es, es un país del continente Americano) con la Pax Rusa, absurdo. La retórica no es cizaña.
ResponderBorrarUSA TERMINO CON EL DICTADOR Sadam Husein Y EL DICTADOR GADAFI Y AUN NO HAY PAZ EN ESOS PAISES O DIME DE ESOS PAISES QUE BONBARDEABAN LOS GRINGOS SOLO MATABAN A LOS MILITARES DE ESOS DICTADORES O DE SUS AVIONES BAJANBAN ANGELES A SALVAR A MUJERES Y NIñOS DE LAS BOMBAS O ESAS BOMBAS ERAN TAN MAJICAS QUE SOLO MATAN A LOS MALOS.
ResponderBorrarNO SEAS DOBLE MORAL LOS GRINGOS SOLO LLEVAN DESASTRE AL MUNDO NO LOS RUSOS NI LOS GRINGOS SON SANTOS
Interesante referencia; pero porque no hablas tambien de las mas de 700 bases militares de los Norteamericanos en el mundo y de todas las guerras que han emprendido en todo el mundo, la cantidad de muertos y todo por cautelar por sus intereses???
ResponderBorrarPor que esas bases son para detener el avance de las ratas comunistas.
BorrarAdolfo Suares ... no se en que parte del planeta vives ... que no estas enterado de lo que sucede en el mundo ... te informo EEUU tiene + de 700 bases militares en el planeta y han emprendido un sin numero de guerras y derrocamientos de gobiernos so pretexto de la democracia, lo cual era la mentira mas grande, lo que en realidad buscaban era apoderarse del petroleo u otras materia primas de esos países... obedeciendo al grupo poderoso del complejo militar industrial que realidad son los que gobiernan... asi es simple ... si no hay guerras no vendo armas... les interesa un comino el dolor Humano, la democracia, los valores y otros... EEUU la Hipocresia en accion.
BorrarLes invito a leer mi libro, "La guerra, un crimen contra la humanidad" y otras entradas en este mismo blog para ilustrarse respecto de mi posición sobre EEUU, que considero uno de los principales protagonistas de las guerras y de muertes de inocentes en el mundo. Eso no quita que tenga que hablar asimismo de Rusia, otro país líder que afecta negativamente a la paz mundial a través de sus agresiones y expansionism. Los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU tienen en su poder la posibilidad de fomentar la paz mundial y en lugar de eso, son los principales traficantes de armas en el mundo, además de buscar constantemente la mejora de su posicionamiento geopolítico mediante las "guerras por encargo". Mi posición respecto tanto de Rusia como de EEUU en cuanto a su papel como promotores de la violencia internacional está muy bien documentada. Les invito sincera y cordialmente a conocer mi obra antes de acusarme de ser injusto con mis críticas de Putin. Dicho lo anterior, muchas gracias por su interés en este blog. Espero que me sigan leyendo.
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