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UN INFORME CLIMÁTICO ATERRADOR DESDE LA ONU... PERO NADA QUE LOS AMBIENTALISTAS NO NOS HAYAN VENIDO ADVIRTIENDO YA HACE AÑOS



Después de leer el último informe de las Naciones Unidas sobre el cambio climático global, tengo buenas y malas noticias. La buena noticia es que existe una manera en que los seres humanos podamos lograr sobrevivir al cambio climático. La mala noticia es que, si no implementamos medidas urgentes, drásticas y serias en la próxima década para garantizar la supervivencia humana en el futuro cercano, no nos salvaremos.
Y las noticias se ponen aún peores. El límite máximo para mantener a raya a la catástrofe absoluta en el aumento total del calentamiento global es de no más de 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Punto. Los fenómenos climáticos que hemos presenciado en los últimos años —sequías prolongadas, vastos incendios forestales, inundaciones sin precedentes, calor estival sin par, tormentas invernales récord, tormentas tropicales, tifones y huracanes mucho más frecuentes y mucho más poderosos, un aumento en la actividad ciclónica, etc.— son todos resultados de un aumento en la temperatura global de un solo grado por encima de los niveles preindustriales.
Si seguimos nuestro curso actual, en el cual un pequeño grupo de países está realizando un esfuerzo por lo menos tibio para implementar medidas diseñadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como parte de un plan global para salvar a nuestras futuras generaciones de un apocalipsis ambiental, la temperatura global tendrá, sin embargo, un aumento de al menos 3°C para finales de siglo, el doble del techo apenas aceptable. Si, por el contrario, otros países deciden seguir el ejemplo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y se retiran de todos los acuerdos ambientales internacionales, simplemente negando e ignorando las advertencias de los científicos, podríamos ver un aumento de 4 a 5°C en las temperaturas globales para finales de siglo. Aunque tal vez decir que “podríamos ver” tal aumento resulte un pensamiento demasiado optimista y, por lo tanto, meramente ilusorio.
La conclusión más importante y más grave del nuevo informe intergubernamental de las Naciones Unidas es que sólo tenemos un máximo de 12 años para reducir implacablemente en un 45 por ciento las emisiones globales de gases de efecto invernadero desde su nivel actual si queremos tener alguna esperanza de mantener la tendencia de calentamiento dentro de los 1,5 °C a finales de siglo XXI, sobre los niveles preindustriales. Y otra cosa que el informe exhaustivo de 700 páginas deja en claro es que incluso los aumentos fraccionarios más minúsculos de la temperatura son importantes. Habrá una enorme diferencia en los fenómenos meteorológicos, incluso con el aumento de medio grado hasta 1,5 °C, al igual que ha habido una enorme diferencia como resultado del aumento de un grado hasta ahora. Un aumento de medio grado adicional a 2°C sería, según el informe, ciertamente desastroso.
Dos grados para el fin de siglo —pero con la promesa de tratar de cumplir con el objetivo más difícil de 1,5 °C— fue la meta establecida en el Acuerdo Climático de París de 2015, pacto que Donald Trump, como presidente de uno de los peores infractores en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, rechazó de cuajo al convertirse en presidente. El lenguaje claro del informe lo dice todo. No hay otra manera de ver lo que se avecina: permitir que las temperaturas sigan aumentando a su ritmo actual tendrá un costo enorme no sólo para los sistemas naturales sino también para las vidas humanas y para la economía global. El informe demuestra que la única verdad, sin importar quién argumenta lo contrario, es que solamente la acción inmediata, incluida la reducción drástica y urgente del consumo de carbón mineral y petróleo, puede mantener el calentamiento global bajo control, y así, ayudar a garantizar la integridad de la cadena de suministro de alimentos, y ayudar a evitar que un número creciente de hogares y comunidades tengan que enfrentar su destrucción por causas climáticas.
No existe duda alguna de que los que niegan la realidad del calentamiento global y del cambio climático tienen sus cabezas enterradas en la arena. Y como tal, cuando están en posiciones de poder, no importa cuán limitadas sean, representan una amenaza para la salud pública y para el futuro inmediato y a largo plazo de nuestro medio ambiente, el medio que sustenta toda vida sobre la tierra, inclusive la nuestra y la de nuestras generaciones futuras.
La gente común y corriente tiende a evitar hablar del cambio climático porque es un tema tan abrumador y desalentador. Se preguntan: “¿Qué puedo hacer yo al respecto?” Pero en las democracias occidentales, al menos por ahora, todavía tenemos la posibilidad de hacer del cambio climático prioridad política número uno. Si la gente no hace esto con su activismo y sus votos, los gobiernos y los poderes corporativos seguramente continuarán priorizando la codicia por sobre la conveniencia global, hasta que los efectos catastróficos del calentamiento global ya no puedan ser ignorados... y para entonces, será demasiado tarde.
Más que cualquier otro factor, el cambio climático nos afecta a todos. Por ejemplo, solamente con el aumento de un solo grado en la temperatura promedio desde los tiempos preindustriales, estamos presenciando la fusión más rápida en los últimos 1500 años del hielo del Océano Ártico. Desde 1880, los niveles del mar han aumentado ocho pulgadas (unos 20 centímetros). ¿Qué diferencia hará el medio grado entre un cambio de temperatura de 1,5°C y 2°C? Según el informe, un aumento de 2°C con respecto a los tiempos preindustriales significaría que la pesca marina podría tener que enfrentar el doble de la disminución de las poblaciones de peces que con un aumento medio grado menor. Las disminuciones en los rendimientos de las cosechas de maíz también podrían duplicarse. Las poblaciones de insectos polinizadores podrían disminuir hasta tres veces más con medio grado de diferencia. El nivel del mar aumentaría dos pulgadas adicionales (5 centímetros), lo que colocaría a grandes poblaciones humanas en riesgo de inundaciones costeras, y el número de personas expuestas al calor extremo al menos una vez al año también se duplicaría con un aumento de 2°C en comparación con un aumento de 1,5 °C en las temperaturas.
Si una diferencia de medio grado entre un aumento de 1,5°C y un aumento de 2°C en las temperaturas globales puede causar tales estragos, trate de imaginar lo que hará un aumento de tres, cuatro o cinco grados en las temperaturas para fines de siglo. Las proyecciones son simplemente aterradoras.
Actualmente estamos liberando más de 50 giga toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera cada año. El informe de la ONU cita como alentador el desarrollo de nuevas industrias, como la creación de plantas especiales de captura directa de aire, cuyo propósito es absorber aire de la atmósfera, eliminar el dióxido de carbono y devolver el aire purificado al medio ambiente. Pero en este momento, dicha tecnología está sólo en su etapa más incipiente y necesitaríamos muchísimas de tales plantas para eliminar del aire las mil giga toneladas de CO2 que actualmente están atrapando el calor y elevando constantemente las temperaturas globales.
Otro método es aumentar enormemente la reforestación, ya que los árboles son los pulmones naturales de la tierra. Absorben dióxido de carbono durante la noche y liberan oxígeno durante el día. Pero tampoco es probable que esto suceda a la velocidad que se necesitaría para reducir sustancialmente los gases de efecto invernadero, considerando el crecimiento exponencial de la población mundial, que casi se ha triplicado desde que yo naciera. Los bosques vitales se arrasan, se cortan y se queman a diario para dar lugar a poblaciones y agricultura cada vez mayores. Y desafortunadamente, es probable que esta tendencia se revierta, nuevamente, demasiado tarde, cuando un gran número de seres humanos comience a perecer como consecuencia de los efectos del cambio climático: hambruna, incendios, inundaciones, radiación solar, súper tormentas, epidemias relacionadas con el medio ambiente, guerras resultantes de la falta de recursos básicos, tierras y alimentos, etc.
Hablando en términos estrictamente económicos, el cambio climático costará a la economía mundial aproximadamente 54 billones de dólares para el año 2100, si el aumento general de la temperatura es de 1,5°C en relación con los niveles preindustriales. Esa cifra se elevará a casi 70 billones si el aumento de temperatura alcanza los 2°C. En cualquier caso, el costo económico empalidece en comparación con el costo humano.
Toda persona sobre la tierra debe dejar de resistirse a la ciencia y dejar de justificar las causas del cambio climático. Este último informe de la ONU, creado por más de 130 escritores científicos y basado en decenas de miles de páginas de investigación experta, debe ser tomado por el mundo en general como una llamada de atención. Y cualquier persona que no sea suicida o que se preocupe por qué tipo de mundo estamos dejando a nuestra descendencia debe prestar mucha atención a su advertencia.

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